¿Realmente los alumnos son conscientes de lo que saben?
Los docentes esperamos una serie de los resultados de los alumnos pero estos no siempre son conscientes de cuáles son nuestras exigencias. En este sentido, seguro que has escuchado hablar de la rúbrica. Se trata de una herramienta para evaluar que tiene en cuenta no solo si el alumno ha adquirido o no un determinado contenido, sino el grado de consecución del mismo.
Te recomiendo que leas este artículo para comprender mejor qué son las rúbricas y cómo hacerlas.
Aunque a priori elaborar rúbricas es un trabajo bastante laborioso, creo que tienen muchas ventajas y es por eso que he decidido incorporarlas poco a poco a mi práctica diaria.
Me gustaría recalcar que todo lo que cuento a continuación es sólo la manera que yo he elegido para utilizar las rúbricas. Cada uno debemos adaptarnos a nuestra forma de trabajar y a las circunstancias de nuestros alumnos.
¿Cómo utilizar las rúbricas en la práctica?
¿Cómo utilizar las rúbricas en la práctica?
Las rúbricas no solo nos ayudan a evaluar aspectos conceptuales, sino que nos ayudan a evaluar otros aspectos menos sencillos de cuantificar como puede ser el comportamiento, la presentación de cuadernos o la capacidad de trabajo cooperativo de los alumnos.
En mi opinión, lo ideal es que los alumnos tengan desde el principio lo que se les vas a pedir para que ellos sean conscientes de cuál es el grado de exigencia que pueden alcanzar. Si lo que vas a evaluar es una unidad didáctica puedes repartir una copia de la rúbrica a cada alumno, colgarla en la clase o en el blog de aula.
Por ejemplo, aquí tienes una una rúbrica que utilicé para evaluar una unidad de Lengua.
Conforme se avanza en la unidad, considero importante ir haciendo mención a los ítems trabajados para que los alumnos sepan en todo momento su grado de adquisición de los contenidos.
Cada ítem responde a un estándar de aprendizaje fijado para esa unidad didáctica en concreto.
Me evalúo
Al final de la unidad (y antes de la evaluación) me gusta dedicar una sesión de repaso en la que relacionamos todo aquello que hemos trabajado y le damos forma. Este es un momento ideal para que los alumnos reflexionen sobre cuánto han aprendido.
Para ello puedes hacer desde un concurso de preguntas por equipos, un reto por parejas o una serie de ejercicios de manera individual. Lo importante es que las preguntas estén relacionadas con las metas propuestas al inicio de la unidad de manera que los chicos sean conscientes de en qué punto se encuentran.
Cada alumno tiene esta "rúbrica en blanco". Una vez corregidas las actividades de repaso ellos colorean el cuadro en el que creen que se encuentran. En los primeros cursos de primaria es posible que tengas que simplificar los ítems. Es importante recordar a los alumnos que deben ser sinceros con ellos mismos.
¿Cómo cuantificar la rúbrica?
Una de las principales dudas que me surgía era cómo relacionar los resultados obtenidos tras la evaluación con los grados de adquisición de la rúbrica.
He optado por relacionar cada uno de los estándares con una prueba concreta de la evaluación. Puede ser un control escrito, una prueba oral, etc.
A cada una de esas preguntas se le adjudica una ponderación.
- Máster: 4 puntos
- Experto: 3 puntos
- Aprendiz: 2 puntos
- Principiante: 1 punto
Finalmente, se suman todos los puntos adquiridos por el alumno y se calcula su "nota" en función a los mismos.
¿Qué te ha parecido este recurso? ¿Cómo lo mejorarías?
Tomado de: miprimeratiza.blogspot.com