Un grupo de científicos ha descubierto
una forma de convertir el dióxido de carbono en piedra.
¿El fin del calentamiento global?
Quizá, al menos, estemos ante la primera piedra.
Un grupo de científicos que trabaja en
el proyecto CarbFix se hicieron la siguiente pregunta: ¿qué pasaría si el
dióxido de carbono saliera convertido en sólido y pudiera ser almacenado en la
tierra, evitando así liberar más gas en la atmósfera?
Tras dos años de arduo trabajo, por fin
descubrieron una forma rápida y efectiva de convertir el CO2 en piedras.
Los investigadores inyectaron dióxido
de carbono con agua en el subsuelo de roca volcánica de la planta eléctrica. La
mezcla ácida las convirtió en roca caliza, que atrapó el gas de forma natural y
permanente. Lo más sorprendente es que el equipo pensaba que la conversión de
gas a piedra iba a comportar miles de años. Sin embargo, lo lograron solo en
cuestión de meses.
Los
resultados de la investigación, que fueron publicados en la revista científica
Science, son un halo de esperanza en la lucha contra el calentamiento global.
"Ya no es un gas", dijo Juerg Matter, autor principal de la
investigación y profesor de la Universidad de Southhampton, "el CO2
básicamente se convierte en una piedra."
"Convertirlo en roca no es la
solución definitiva, pero puede contribuir a reducir significativamente las
emisiones de CO2", agregó Matter. De hecho, lo que parece la mejor opción
para detener el calentamiento global es un camino plagado de obstáculos.
Por
una parte, el proceso puede ser muy costoso, el proyecto CarbFix solamente
costó 10 millones de dólares, mientras que saber dónde almacenar el gas para
convertirlo en piedra es otro problema. Se puede poner bajo tierra o en pozos
de petróleo agotados, pero también se ha expresado preocupación ante el
hipotético caso de que el gas escape.
Por otro lado, Matter está frustrado
por la falta de acción de los políticos, "la ingeniería y la tecnología
está lista para usarse, ¿entonces por qué no hay cientos de estos proyectos? No
hay incentivos para hacerlo."
A pesar de los problemas, el proyecto
se ha multiplicado en escala y está preparado para almacenar 10 mil toneladas
de CO2 por año. Mientras, en Estados Unidos están realizando pruebas para poner
en marcha un proyecto similar en el río Columbia y sus alrededores, una zona pedregoza
entre Washington y Oregon.
El
panel intergubernamental en cambio climático de la ONU mencionó recientemente
que esta técnica, llamada CCS, es importantísima para enfrentarse al
calentamiento global y que el coste de pararlo se duplicaría sin ella.